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Hola y qué bueno verte por acá!

Somos padres de hermosos y tremendos mellizos de casi dos años y queremos compartir nuestra experiencia de crecer en familia y nuestro camino al formar la filosofía de nuestro hogar - hablamos de filosofía en lugar de un estilo de crianza o un método de educación, ya que al nacer nuestros hijos, rápidamente nos dimos cuenta que nuestra propia educación no necesariamente es lo que nosotros queremos compartir con nuestros bebés.


De Montessori no sabíamos mayor cosa hasta que una amiga nos comentó que lo trabajó con su hija menor y que vio grandes diferencias frente a la experiencia con su primer hijo. Bueno, entusiasmada empecé a buscar cómo “aplicar” este método con nuestros bebes.


Lo primero que uno encuentra en esta búsqueda son imágenes de materiales, muebles y habitaciones super diseñadas, junto con largas listas de sugerencias de compra. Además, llamar a cualquier producto “Montessori” pareciera ser un sello que sube las ventas, aunque después resulta que de la esencia Montessori tienen muy poco.


Me dejé llevar por estas primeras impresiones y compré varios artículos, entre ellos un arcoíris y una torre de apilar, imaginando a nuestros bebes jugando con ellos. Pero en ese momento tenían pocos meses de nacidos y recién aprendieron a a darse la vuelta. Así que confieso, esos objetos se volvieron piezas decorativas, por cierto muy bonitas, en un estante, sin que mis bebes no les pusieron mayor interés al inicio.


Conforme crecieron, sentimos su gran necesidad de moverse por sí mismos. Sobre todo nuestra hija parecía tener una enorme inquietud por avanzar, tanto que los primeros meses lloró muchísimo y no dormía si no estaba cargada pegada a mí, ya sea de día o de noche. En la búsqueda de respuestas nos topamos con el concepto de los bebes de alta demanda que hoy en día parece ser una explicación tan común que casi la mitad de todos los niños podría entrar en esta categoría.


Mientras tanto, nuestro hijo era muy tranquilo en sus primeros meses de vida, hacía las siestas pacíficamente en su camita, se dejaba acostar sin llorar y solo se alteraba si tenía hambre. Nuestra hija en cambio era de un humor tan cambiante que era difícil anticiparse a lo que ella podía necesitar en cada momento. Y esta es precisamente la recomendación con bebes de alta demanda: Satisfacer sus necesidades lo antes posible, para que en ellos crezca la seguridad y la confianza en su entorno. Significaba entonces largas horas de amamantarla, de cargarla, de consolarla. A veces necesitaba muchísimos estímulos para calmarse, otras veces cualquier sonido la alteraba demasiado.


En fin, todo cambió drásticamente en la medida que ella logró hacer cosas por si sola. Quería darse la vuelta y se frustraba al no lograrlo, quería estar sentada, quería gatear y tenía tanto impulso que rebasaba lo que su cuerpo le permitía en ese momento. Entretanto, el bebé permanecía tan tranquilo y al parecer sin esta urgencia de moverse o de interactuar con el mundo. Le bastaba dormir y comer para ser feliz.


Retomamos la búsqueda Montessori entonces para conocer cómo acompañar a nuestros bebes en el movimiento libre, a estimularlos para que se puedan sentar y poco a poco parar, sosteniéndose de algo. Su regalo de Navidad, cuando tenían ocho meses, fue un balancín, porque nos encantaba la variedad de usos que este mueble tiene. Queríamos regalarles algo que pudieran disfrutar por mucho tiempo. El balancín no tenía ni media hora en nuestra casa, cuando la nena ya se había parado con la ayuda de este. Cuando el bebé se interesó en el balancín, la nena ya comenzó a trepar en el triángulo Pikler que recién habíamos adquirido.


Pero aún sentíamos que llenar nuestra casa con objetos y aparatos no era lo que realmente representaba un estilo de crecer en familia según las ideas de la Dra. Maria Montessori. Eran esfuerzos válidos, pero aislados y sin mayor conocimiento.


Así que decidimos investigar más, tomamos un curso para aplicar la metodología Montessori en casa, enfocado en bebes y niños de 0 a 3 años, y leímos experiencias de otras familias. Todo ello cambió muchísimas ideas y preconcepciones que teníamos como padres y si pudiéramos regresar el tiempo, hay muchas cosas que nos hubieran gustado saber en los primeros meses de vida de nuestros bebes.


Otro desafío que seguramente compartimos con la gran mayoría de padres de familia es que ambos trabajamos y no podemos dedicarnos de tiempo completo a la crianza de nuestros hijos. Aunque las circunstancias de la pandemia y el home office de hecho nos han acercado mucho más a casa y nos han permitido pasar tiempo cerca de nuestros hijos, que nacieron en pleno lockdown, siempre buscamos maneras de disfrutar al máximo los ratos con ellos y brindarles toda nuestra atención en este tiempo de calidad para que ellos puedan ser las personas que han nacido a ser.


Para vivir un enfoque Montessori en casa, nos resultó muy útil entender sus 4 principios que se basan en 1) el adulto preparado, 2) el ambiente preparado), 3) la mente absorbente y 4) los periodos sensibles.


Partiendo de estos principios, quisiéramos compartir nuestras experiencias, dudas, aciertos y desaciertos y describir el camino que estamos recorriendo para crecer en familia. Porque compartiendo aprendemos y esperamos que encuentres en nuestras páginas reflexiones que te ayuden a seguir creciendo en familia.


Además, presentaremos poco a poco materiales y actividades que han encantado a nuestros hijos, para que te puedas inspirar e encontrar ideas y materiales escogidos con mucho cuidado y cariño. Nos alegrará escuchar de tus experiencias, dudas e ideas, comentando los temas de nuestro blog o calificando la oferta de nuestra tienda.


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